viernes, 18 de diciembre de 2015

6 pasos cuando las cosas han llegado a un punto bajo











Crea un espacio seguro para la comunicación. Esto significa que trates realmente de encontrar una zona donde te puedas comunicar abiertamente con tu cónyuge, en donde tu pareja esté convencida de que eres una persona abierta, que tienes un gran deseo de comunicarte plenamente con ella y que cualquier cosa que ella tenga que decir estará bien, que la escucharás y que no habrá repercusiones después de este debate.

1
Cumple con tu palabra en la promesa dada. La primera vez que tengas un diálogo abierto con tu pareja, ella probablemente te va a probar. Tal vez no sea consciente de ello, pero querrá comprobar si es realmente seguro comunicarse contigo y si mantienes tu palabra después, aunque sea en tu contra.

Cumple con la palabra dada y de esa manera ganarás de nuevo la confianza que es esencial para una comunicación abierta.


2
No tengas miedo de irte a la cama enfadado. Muchas personas bien intencionadas dicen que no se debe dejar una discusión para el día siguiente. Pero es mucho mejor simplemente dejar la discusión en un punto que no sea muy difícil reanudar la conversación/confrontación e irse a dormir. Eso es mejor que pelear hasta que los dos se traten mal, lleguen a insultarse y a decir cosas que luego no siempre se pueden recuperar. 

Dormir también puede permitir que los sentimientos negativos residuales tal vez lleguen a disiparse, a levantarse de diferente ánimo, a enfriar la discución y volver a los sentimientos de cariño.


3
Comprométete con tu cónyuge. ¿Estás siempre sintiéndote como un títere a la hora de tomar decisiones con tu cónyuge? O ¿tal vez eres tú quien lleva siempre la voz cantante, y tu pareja obedece mansamente, hasta el punto en que sientes que no contribuyes ya con entusiasmo a esa relación? De cualquier manera, el compromiso entre los esposos es una habilidad clave esencial de toda una vida de cooperación, un amor cada vez mayor y el continuo respeto hacia el otro. Tanto si has sido el iniciador como si eres el que ha aceptado que las cosas se hagan mejor, aprender a comprometerse es la clave para una relación feliz de aquí en adelante. Aprende a hacer sugerencias que tengan en cuenta ambas partes. Considera posibilidades tales como:

Estar de acuerdo en hacer una actividad que tu cónyuge quiere hacer en un horario dado, siempre que la próxima vez se haga una actividad que tú propongas y ¡fija una fecha!

Estar de acuerdo o hacer parte de la actividad que tu cónyuge quiere hacer, pero añadiendo tus ideas, de modo que la actividad en su conjunto, sea una verdadera combinación de las perspectivas y deseos de ambos.

Estar de acuerdo en darle a cada uno tiempo regularmente, fuera de las obligaciones de la casa y de la educación de los hijos. Esto les dará a ambos cónyuges una esperanza de tiempo libre en vez de tener asumido que "algún día mi pareja se dará cuenta de cómo estoy ocupado/a siempre…”. Estos acuerdos se han de realizar de manera explícita y claramente.

También ayuda mucho comunicar al otro la cantidad de sexo y formas de contacto íntimo que esperas de tu pareja, ya que esto es generalmente un notable punto que dificulta otras atracciones entre los dos.


4
Toma las riendas y mejora tu matrimonio. Todos los matrimonios llegan a un punto en el que, las personas involucradas, se sienten frustradas con su pareja, o miran a la persona que eligieron para pasar el resto de su vida y se preguntan qué es lo que estaban pensando en aquellos momentos. Pero no te preocupes, hay una manera de salir de esa rutina y volver de nuevo a renacer en el amor que una vez compartieron.

5
Recuerda cómo te enamoraste de la otra persona en primer lugar. A menudo es difícil recordarlo cuando los tiempos son duros, pero solo el hecho de ponerse a pensar en el amor que una vez compartieron es suficiente para motivarse y para tratar de hacerlas con ilusión de nuevo.


6
Da a tu pareja el beneficio de la duda. Tú has construido una relación basada en la confianza. No supongas que tu cónyuge está haciendo las cosas con el fin de molestarte (tal vez, ella ni se esté dando cuenta de que algo te está molestando). Hazle saber a tu cónyuge las cosas que te molestan, sin asumir o presumir lo peor de ella y, una vez explicada la situación, darle tiempo para que haga los ajustes y correcciones necesarios para acercarse a ti.

Recuerda que el matrimonio es un conjunto de tuercas y pernos. Mientras estás planeando la boda y hasta que te casas, puedes entretenerte con las bonitas frases de los cuentos de hadas "...-y vivieron felices para siempre". La realidad es que a veces, el matrimonio es sólo un día duro tras otro día duro, y uno o los dos pueden estar tensos, o aburridos, o no estar contentos con el otro, o no te sientes tan cálido y tierno. Una gran parte del tiempo, el matrimonio no es romántico en absoluto, en esos momentos se trata de trabajar en equipo e intentar hacer bien el trabajo todos los días.






By: es.wikihow.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario